COLABORACIÓN
Por Elmer González Cavallo
Es bien sabido que la República Dominicana comprende dos tercios de la superficie terrestre de la ínsula caribeña denominada Hispaniola. Y que esta, a su vez, es compartida en dos naciones que presentan inmensas diferencias culturales y amplios desafíos particulares
Sin embargo, es generalmente desconocido que este territorio en conjunto se constituye en la primera zona insular en demografía del continente americano; que tiene el puesto 22 como isla de mayor tamaño del planeta, y es la décima más habitada del rango mundial, aspectos que articulan un conjunto de circunstancias ambientales y geoeconómicas en torno su posición de frente al Mar.
Estos factores definen un entorno antillano enmarcado en presiones ambientales y socioespaciales que marcan inmensas diferencias o desigualdades, aspectos que constituyen a esta isla como un entorno frágil ante los escenarios futuros sobre los impactos del Cambio Climático.
En ese orden, la República Dominicana es un Estado Archipelágico constituido en un espacio geográfico de 48,442 km² y un área marina (mayor a la terrestre) de 49,709 km² que conforman la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de este país. Con la adición de la zona de mar territorial, esta nación alcanza una superficie total aproximada de 98,029 km².
La división administrativa territorial del país tiene total de 31 jurisdicciones, y geopolíticamente posee 17 provincias costeras. Con 10,710.873 habitantes fijos al 2022 (posición 84 de la tabla de población mundial) tiene una densidad de población de 229 habitantes por Km2, y recibe cada año una gran presión ambiental y demográfica a sus recursos hídricos y litorales derivada, además, de una proyección de 10.1 millones de turistas visitantes o población flotante desde las diversas regiones mundiales al 2023.
A su vez, este territorio está constituido en un extenso litoral de 1.576 km, y una superficie acuífera de ríos y lagos que representan el 1.63% del territorio, criterios que definen un futuro comprometido por temas de vulnerabilidad climática y variable poblacional.
En ese contexto, la patria de Duarte debe encaminarse indefectiblemente a la consecución del ODS 14 sobre: «Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible». Esto implementando la utilización sostenible de sus recursos marinos y acuíferos, aspectos que definen el rumbo de este país frente al enorme reto de reconvertirse y hacer frente a los efectos del cambio climático
Especialmente resulta imperioso que este país priorice líneas de acción en cada provincia y en sus ciudades costeras de cara a su condición archipelágica y se encamine hacia una Economía Azul, con una aportación estimada de US$3 y US$6.5 billones a la economía global, y más de US$500 millones al PIB de América Latina y el Caribe la cual se constituye en una fuente de alimentos, empleos e ingresos para millones de personas en todo el mundo
Existe la necesidad de delinear un enfoque estratégico sobre la Economía Azul dominicana, a través de su infraestructura de dieciocho puertos y muelles, y conocida a nivel internacional como la panacea caribeña del turismo, para que simultáneamente se reconozca la importancia del mar patrimonial de la patria como motor de la economía, e impulsar estratégicamente políticas públicas destinadas a estimular el desarrollo de esta economía.
Una acción simple es jerarquizar el papel de la singular localización geoestratégica del territorio entre el Océano Atlántico (en su costa Norte) y el Mar Caribe (en su litoral Sur). A su vez, redefinir los principios de gestión de las actividades derivadas del turismo, el comercio marítimo, la industria pesquera, la potenciación de la minería de lecho marino, y la utilización del medio marino dominicano para la producción de energías renovables,
Sin lugar a duda, ha llegado el momento histórico de definir directrices prioritarias sobre la gobernanza responsable del Mar y las aguas dominicanas, resignificando esta fortaleza como fuente económica, a la vez, en la gestión de estos recursos de una forma eficiente, e introduciendo esquemas de innovación del piélago nacional que permita un aprovechamiento sostenible en el futuro.
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El autor es Arquitecto. Urbanista. Investigador. Académico. Doctorado © AP-PP. Máster en Educación Superior. Especialista en Sistemas de Gestión Ambiental. Especialista de Sociología Territorial y Urbana. Consultor Profesional certificado. Presidente Foro Urbano de Ciudades ALC. FC-ALC. Director Nacional en el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes, MICM de la República Dominicana. elmergonzalezc@gmail.com / Elmer.gonzalez@micm.gob.do