La Romana. R.D.— Lo que hasta hace unas semanas era solo una trama de novela, hoy se expande en un proyecto transmedia sin precedentes en la literatura dominicana contemporánea.
El escritor romanense Marcos Sánchez, bajo su alter ego creativo Mark Rumors, ha dado un paso inesperado: escribir y presentar una canción inspirada directamente en su personaje literario más perturbador, “The Pop Killer”, un asesino ficticio cuya vida marcada por desigualdades sociales y contradicciones morales ha generado desde sus primeros capítulos una expectación notable entre lectores locales e internacionales.
La iniciativa surge de un comentario casual, pero certero. Erwin García, dominicano residente en Miami y amigo de Sánchez, tras leer los dos primeros capítulos de la novela, confesó que había quedado enganchado con la trama y lanzó una idea que funcionó como detonante creativo: “Hay que ir haciendo la música, la canción de The Pop Killer”.
Esa chispa se convirtió en llama, y en pocos días Sánchez escribió lo que se perfiló como el primer single (creado con IA) promocional inspirado en un personaje literario de su autoría y a la vez, la banda sonora de la novela del mismo título.

El personaje detrás de la canción
The Pop Killer, en su dimensión narrativa, no es un asesino común. Su vida se configura desde una infancia traumática, marcada por la constatación dolorosa de la brecha entre clases sociales.
Esa herida lo acompaña hasta la adultez y, al encaminarse en un espiral delictivo, asume que sus crímenes son una suerte de bálsamo contra la injusticia. En su retorcida lógica, critica el Quinto Mandamiento —“No matarás”— al tiempo que lo transgrede con frialdad quirúrgica.
Sus víctimas, seleccionadas con precisión, no son aleatorias: se trata de figuras de alta alcurnia, familias con apellidos sonoros y herencias de poder que representan la élite intocable de la sociedad.
Consciente de que su patrón será eventualmente descubierto, The Pop Killer sabe que su final puede estar cerca. Sin embargo, en lugar de retraerse, decide escalar aún más su violencia, dejando al lector (y ahora también al oyente) en un estado de incertidumbre: ¿fue finalmente apresado o permanece en fuga?.
El Dark Wave como lenguaje natural
Convertir esa biografía ficticia en canción exigía un género que pudiera contener tanto oscuridad como atmósfera. Sánchez eligió el Dark Wave, corriente musical nacida en Europa la cual se popularizó en los ochenta y cuya textura con sintetizadores y atmósferas densas hizo de la melancolía, un modo de narrar lo inexpresable.
No es casual. En esta estética sombría, The Pop Killer encuentra el canal perfecto para expresar sus obsesiones, su resentimiento social y su pulsión trágica. La canción no es un simple acompañamiento: funciona como himno atmosférico del antagonista, una extensión narrativa que traslada al oyente al corazón de sus dilemas existenciales.
Un gesto inusual en la literatura dominicana
En el país, la tradición literaria ha dialogado con la música principalmente de manera tangencial, a través de poemas musicalizados o menciones en obras narrativas. Pero crear una canción específica para un personaje literario, antes incluso de que la novela esté publicada en su totalidad, constituye un hecho prácticamente inédito en la República Dominicana.
The Pop Killer ya no vive únicamente en las páginas. Ahora también respira, suena y vibra en las bocinas.
Para leer la publicación episódica de «The Pop Killer«, acceda haciendo clic en https://exposicionmediatica.com/

