COLABORACIÓN
Por Lester McKenzie Hamilton
El pasado miercoles 22 de este mes se celebró el Día del Músico y por medio a esta publicación honramos a todos aquellos que con su ingenio y creatividad han sabido combinar los sonidos en el tiempo y el espacio.
En el año 1594 Santa Cecilia fue nombrada patrona de la música por el Papa Gregorio XIII y su fecha de nacimiento, 22 de Noviembre, ha sido adoptada en muchos países como el Día de la Música.
Esto así en razón de haber demostrado una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos y su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música.
La música es parte muy integra del ser humano desde el nacimiento y a veces desde antes y estamos conscientes de que la música es determinante en las diferentes etapas de nuestra existencia.
Basta con escuchar una canción, una sinfonía o un par de acordes de algo asociado a una época importante de la historia de cada quien y nos sentiremos ahí, recordando todos los detalles.
Refieren los estudiosos de ese componente de las Bellas Artes, que la música es una excelente herramienta en la educación-formación de los niños, ya sea que la escuchen o la interpreten, porque desarrolla habilidades matemáticas, de concentración, de lenguaje y disciplina, además de otras destrezas.
Como gran admirador y seguidor de ese arte de combinar los sonidos en el tiempo y el espacio plasmando notas en el pentagrama, observo que hoy dia se ha ido eliminando la sensibilidad musical en un buen porcentaje de los jóvenes de esta generación, a tal punto que la asistencia a ese tipo de espectáculo es por debajo del promedio.
Confucio no concebía la educación sin la música, a la que consideraba la segunda más importante de las seis artes esenciales y estudios científicos señalan que ésta tiene efectos positivos en el desarrollo cognitivo, creativo, intelectual y psicológico de los niños.
Incluso se ha demostrado que la música estimula el hemisferio izquierdo del cerebro, el encargado del aprendizaje del lenguaje, los números y el uso de la lógica.
Que la música aumenta la capacidad de memoria, atención y concentración de los niños no es nada nuevo. Como tampoco lo es la relación existente entre música y matemáticas refieren autores que también dicen que el trabajo melódico favorece la memorización de textos y la correcta acentuación de las palabras e incluso mejora la dicción.
El trabajo auditivo con melodía y timbre beneficia la capacidad de concentración y el aprendizaje de otras lenguas, mientras que el trabajo rítmico ayuda a la comprensión de las relaciones matemáticas.
En países como el nuestro, que no han aprendido a respetar sus tradiciones y vive mirando por la ventana hacia el otro patio, el ajeno, sería bueno empezar a valorar la expresión del espíritu así como también a todos aquellos artistas que se “arriesgan” por entregarnos a través de sus creaciones su visión de mundo.
Creo que en un planeta tan revolucionado como el nuestro, es bueno recordar que un pueblo sin música, es un pueblo sin alma.
Como un homenaje a todos los músicos y en especial a todos aquellos de nuestra La Vega, comparto esta verdadera joya fotográfica tomada de la edición especial de la Revista Ahora del 1ro de Mayo de 1965, pagina 26, en cuyo pie de fotografía se lee: «Tatán Jiménez y su combo «Estrellas Dominicanas» fueron distinguidos con un Diploma de Reconocimiento por su entusiasmo y efectiva colaboración en la celebración del Carnaval 1965 de Carúpono, Venezuela.
El homenaje de reconocimiento hecho por la Junta Directiva del Carnaval a tan meritorios artistas nuestros, es una honra a la farándula nacional y a la patria quisqueyana en la persona de estos dignos «embajadores».
Cuanto disfrutamos en las fiestas bailables de la contagiosa musica del Bonche de Tatan, «patá y patá» … ¿recuerdan esa frase?
¡¡Ohhhh La Vega de mis recuerdos!!
Hasta una proxima entrega sabatina.