COLABORACIÓN
Por Lorenzo Bencosme
Para ser valorado y tener poder, un Líder debe contar con una estructura política, con un equipo de proselitismo y de colaboradores que proyecten su imagen pública que trascienda hacia el corazón de su pueblo.
El liderazgo nace y crece dentro de un conglomerado, se forja dentro de una estructura organizativa y se consolida en el activismo político y en el proceso de desarrollo de una sociedad. Refiero a un líder político.
Un buen liderazgo político nace con vocación de servicios voluntarios, con carisma y empatía, también incluye, la formación política, la coherencia, la credibilidad, observar y seguir las normas establecidas y manejar la ética con criterios de responsabilidad, con un espíritu crítico debe tener la capacidad de interpretar las coyunturas políticas del momento y tomar decisiones inteligentes en las situaciones de crisis, debe emprender gestiones para encontrar soluciones reales y viables a las necesidades de su comunidad.
He escuchado en el transcurso de mi vida, para ser un buen padre hay que ser buen hijo, para ser un buen amigo hay que ser buen hermano y para ser un buen ciudadano hay que ser un buen amigo y buen humano, luego un buen ser humano tiene que reflejar estas cualidades: la bondad, la lealtad, la humildad, la gratitud y la tolerancia.
Por esas cualidades y por tal razón, es que el líder resplandece como un ser extraordinario, como una figura excepcional, con la capacidad de convocatoria, con poder de mando y de convencer a otras personas y a sus seguidores para que cumplan con su propósito político sobre un conglomerado.
Estamos en medio de un nuevo orden y una nueva etapa en el desarrollo social e histórico de la humanidad y sobre todo en la evolución de nuestra sociedad dominicana, que en este momento de crisis y de las pérdidas de los valores está demandando un cambio social.
Por tal razón, es necesario la creación de una fuerza política de un nuevo modelo y el imprescindible relevo de un nuevo liderazgo, el cual, se ha hecho esencial para un nuevo estilo de hacer política para devolverle la confianza en la política, en los partidos y en la clase política a nuestra población.
La mayoría de nuestra población dominicana vive en una situación infrahumana, en un estado de calamidad, en condición de pobreza, una gran mayoría vive en pobreza extrema y en una insoportable turbulencia social, con una secuela de violencia, delincuencia agresiva, el crimen organizado, el narcotráfico, la drogadicción y la corrupción en la administración pública y hasta en el ámbito privado.
La política ha sido distorsionada, esta ha sido centralizada por una clase política depredadora y corrupta, igual los partidos políticos lo han convertido en corporaciones de negocios para trepar al poder con el fin de lograr la acumulación de riquezas mediante el saqueo de los recursos públicos, dichos partidos son instrumentos para responder a los intereses de la oligarquía, de los sectores empresariales y sometidos a la lógica del sistema político neoliberal, el cual genera la miseria y la desigualdad en la distribución de los recursos y de las oportunidades.
Por lo tanto, la sociedad dominicana está muy degenerada en sus hábitos y su costumbre y en la moral, esta degradación se refleja en la relación intrafamiliar derivando la violencia doméstica y el feminicidio, lo mismo, este deterioro moral, reitero, de igual manera, intoxica las instituciones del Estado, también esta se extiende en los partidos políticos.
Tomando en cuenta esta situación de deterioro político y social que vive nuestro país, reitero, que se hace necesario reciclar una vieja fuerza tradicional del actual sistema político o el surgimiento de una nueva fuerza incluyente, participativa, democrática y representativa, y que también surja el relevo de un nuevo liderazgo político, que nos permitan reconstruir un mejor país.
Hay que tomar en cuenta que el relevo no tiene nada que ver con la edad, el problema de la política y de los partidos no es un problema de viejo, ni de juventud, tampoco de genero, lo que se requiere es estar acorde con el proceso de desarrollo, cambios y avance en las estructuras de la sociedad.
Es importante entender que la política es una actividad humana, que obedece a las leyes generales del desarrollo dinámico, que el que se involucra en dicha actividad debe ser coherente con sus principios, con sus ideas y su propuesta, la que debe ser inspirada y sustentada en una concepción del mundo y en un programa de partido en el cual esté militando, sobre todo, el partido que dirige como su líder.
El líder debe trabajar con su equipo, consultarlo, escuchar sus puntos de vistas y consideraciones, con el fin de consensuar y actuar con espíritu colectivo y representativo de su partido y de su pueblo.
El líder debe ser compasivo con las gentes llanas y vulnerables de su pueblo, por las que lucha y a las que defiende con sinceridad, igual, debe ser consecuente, honesto y amable con sus compañeros, con quienes compite en contiendas internas del partido, también debe ser solidario y fraterno con su equipo de trabajos y colaboradores, que en el momento que cualquiera de ellos lo necesite debe actuar con espíritu paternal y protector.
El contenido de esta reflexión está inspirada y motivada por el afecto que le he brindado a un ser humano que por mucho tiempo le he sido leal a su propósito político, a su persona y a nuestra amistad personal y con toda sinceridad le deseo suerte y éxitos.
El autor es Politólogo y Periodista.