COLABORACIÓN
Por Nelly Montas Gil
La gestión del alcalde Eduardo Kery Metivier en el municipio de La Romana ha marcado una notable diferencia en comparación con administraciones pasadas, particularmente la de los reformistas, que dejaron al municipio en un estado deplorable en cuanto a la limpieza y el orden público.
El eslogan de campaña de Kery Metivier, centrado en «cambiarle el rostro» a La Romana, se ha visto reflejado en diversas acciones concretas que han mejorado la calidad de vida de los habitantes.
Uno de los problemas más notables que heredó la administración de Kery Metivier fue la acumulación de basura en las calles.
La falta de gestión adecuada de residuos no solo afectaba la estética del municipio, sino que también representaba un riesgo para la salud pública.
Los reformistas, según se dice, limpiaron los imbornales al inicio de su gestión pero no mantuvieron este esfuerzo, lo que resultó en el deterioro de los sistemas de drenaje y un incremento en la acumulación de basura.
La administración actual ha tomado medidas significativas para abordar este problema, implementando un sistema de recolección de basura más eficiente y regular, y asegurando que los imbornales sean limpiados periódicamente.
Otro aspecto crítico ha sido el desorden en el tránsito y el uso de espacios públicos. Bajo la administración anterior, el municipio se convirtió en un caos, con ventorrillos improvisados en las aceras que obstruían el paso de los peatones y vehículos.
Estos puestos de venta informales no solo contribuían al desorden, sino que también dificultaban la movilidad y la accesibilidad en la ciudad.
Eduardo Kery Metivier ha liderado una campaña para despejar las calles de estos obstáculos, reubicando a los vendedores informales en áreas designadas y mejorando la circulación en el municipio.
La infraestructura vial ha sido otro foco de atención. Las calles de La Romana, llenas de hoyos y en mal estado, reflejaban la negligencia de la administración anterior.
La falta de mantenimiento básico, como la aplicación de cemento en los puntos más críticos, exacerbó el deterioro de las vías.
La actual administración ha tomado medidas decisivas, pavimentando las áreas más afectadas y mejorando la infraestructura vial para asegurar una mejor transitabilidad y reducir los accidentes de tráfico.
Estas acciones han sido bien recibidas por la comunidad, aunque es importante reconocer que tales cambios no ocurren de la noche a la mañana. La mejora de la infraestructura y la limpieza del municipio requieren tiempo y esfuerzo sostenido.
Sin embargo, los esfuerzos ya realizados, como el asfaltado de puntos críticos y la limpieza de imbornales, son indicadores positivos de que la administración está comprometida con el bienestar de los ciudadanos.
El impacto de estas mejoras no solo es visible en el entorno físico del municipio, sino también en la percepción de los residentes sobre su calidad de vida. Un ambiente más limpio y ordenado contribuye a una mayor satisfacción y orgullo comunitario.
Además, la gestión eficiente de los recursos públicos y la respuesta a las necesidades urgentes de infraestructura y limpieza demuestran una administración comprometida con el desarrollo sostenible del municipio.
Eduardo Kery Metivier ha comenzado a cambiar positivamente el rostro de La Romana, enfrentando problemas arraigados con decisiones firmes y acciones concretas.
Aunque el camino hacia un municipio completamente revitalizado es largo, los esfuerzos realizados hasta ahora muestran un compromiso claro y un enfoque en resolver los problemas críticos heredados de administraciones anteriores.