COLABORACIÓN
Por Janet Báez
Santo Domingo, R.D.- Es alarmante observar que, a pesar de los esfuerzos del Ministerio de Salud por inaugurar nuevos centros hospitalarios, la realidad en la consulta externa de oftalmología de Cecanot y en otros hospitales sigue siendo preocupante. La limitación de los tickets para consultas oftalmológicas no solo es insuficiente, sino que también refleja una falta de consideración hacia las necesidades de los pacientes.
Es inaceptable que aquellos que requieren atención médica deban presentarse en Cecanot desde las 4 de la mañana solo para tener una oportunidad de ser atendidos. Esta situación es aún más crítica para personas con movilidad reducida, como aquellas que utilizan silla de ruedas o bastones, quienes enfrentan un gran esfuerzo físico y emocional simplemente para acceder a la atención que necesitan.
Un caso reciente ilustra esta problemática: un señor que viajó desde Monte Cristi llegó con la esperanza de ser atendido, pero lamentablemente no recibió atención. En contraste, tres personas que llegaron después de las 7:30 fueron atendidas rápidamente porque tenían conexiones familiares en el centro. Este tipo de favoritismo no solo es injusto, sino que también socava la confianza en el sistema de salud.
Además, es fundamental destacar la falta de respeto hacia el personal administrativo. Muchos pacientes llegan puntualmente a las 4 de la mañana, solo para ver cómo otros, que llegan más tarde, reciben atención primero porque se les guarda un turno. Esta injusticia no solo desmotiva a quienes cumplen con su deber, sino que también crea un ambiente de desconfianza y frustración entre los pacientes. Todos tenemos el mismo derecho a ser atendidos, independientemente de nuestra hora de llegada.
La atención médica debe ser un acto de empatía y respeto hacia todos los pacientes, especialmente aquellos con discapacidades. Levantar a una persona con discapacidad sin consideración es inaceptable y muestra una profunda falta de humanidad.
Es importante reconocer el esfuerzo del presidente y las autoridades de salud en la creación de nuevos centros y en la implementación de políticas para mejorar la atención médica. Sin embargo, no solo se necesita más infraestructura; también es vital preparar adecuadamente al personal que brindará esos servicios. La formación del personal debe incluir habilidades técnicas y sensibilización sobre las necesidades específicas de los pacientes, asegurando un trato justo y digno para todos.
Un aspecto crítico que merece atención es el tiempo de espera para estudios médicos. Muchos pacientes deben esperar entre 7 y 9 meses para poder hacerse un estudio necesario, incluso si se trata de una emergencia. Esta situación es absolutamente inaceptable; la salud no puede esperar tanto tiempo y cada día perdido puede tener consecuencias graves para los pacientes.
Es preocupante que muchos médicos estén trabajando en clínicas privadas y luego lleguen corriendo a los hospitales con poco tiempo para atender a sus pacientes. Este apuro puede impactar negativamente la calidad del servicio ofrecido. Es esencial que se respete el tiempo y las necesidades tanto de los médicos como de los pacientes; priorizando el bienestar sobre los intereses económicos se lograría una atención más digna y efectiva.
No solo Cecanot enfrenta estas dificultades; muchos hospitales también presentan situaciones similares donde los pacientes deben lidiar con largas esperas y limitaciones en el acceso a servicios médicos. Todos los gobiernos de turno tienen la culpa por no asumir la salud como un derecho fundamental de cada ciudadano. La salud no debe ser considerada un privilegio; debería ser una garantía para todos. La falta de recursos y planificación adecuada ha perpetuado esta crisis, afectando especialmente a los más vulnerables en nuestra sociedad.
Es imprescindible que las autoridades de salud tomen medidas urgentes para mejorar este sistema en todos los hospitales, aumentando el número de citas disponibles y garantizando un trato digno y accesible para todos los pacientes. Hago un llamado a las autoridades competentes para que escuchen esta voz colectiva y actúen en consecuencia.
La salud no debe ser un lujo; es un derecho inalienable. Es momento de priorizar el bienestar de nuestra población y asegurar que cada persona reciba la atención médica que merece sin importar su condición física o su situación económica.
La autora es Comunicadora Social y gremialista del Colegio Dominicano de Periodistas y el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Prensa.