La Romana, R.D.- El nombre de Isabel Flores de Oliva, era el secular de quien eventualmente se conoció como Santa Rosa de Lima.
De Oliva fue una santa católica terciaria dominica canonizada por el papa Clemente X en 1671.
Entre las personas nacidas en América (antiguamente Indias Occidentales), Rosa de Lima fue la primera en recibir el reconocimiento canónico de santidad de la Iglesia católica.
Fue proclamada excelsa patrona de Lima en 1669, y del Nuevo Mundo y las Filipinas en 1670. Además, es patrona de institutos educativos, policiales y armados de Venezuela, Policía Nacional de la República del Perú, Policía Nacional del Paraguay y las Fuerzas Armadas argentinas. En virtud de la enfermedad que le produjo la muerte, es la patrona de los tuberculosos.
En su honor, la ciudad de La Romana, República Dominicana, la considera su patrona y aparte de una iglesia, existe un colegio privado con su nombre.
En ese orden del 22 al 30 de agosto la Iglesia Católica desarrolla actividades conmemorativas dentro de las Fiestas Patronales de La Romana.
Frente a la parroquia Santa Rosa se nota la famosa verbena, institucionalizada por el padre Abreu, que con el producto de sus ventas, se destinan estos fondos a las obras dejadas por éste como el Orfanato de Niños San Martín de Porres, el colegio Altagracia del sector Bancola y el orfanato de ancianos que lleva su nombre.
Los novenarios a la patrona Santa Rosa de Lima son dedicados cada noche a un sector diferente, donde se presentan actividades artísticas cristianas y culturales que se ofrecen en la explanada principal de la parroquia.
Fallecimiento
Su entierro fue uno de los más notables que vivió la ciudad de Lima. En la casa de la familia de la Maza se formaron grandes multitudes para contemplar a Rosa. El gentío hubo de esperar a su traslado hacia la Iglesia del Rosario. Al traslado acudieron el virrey, el Cabildo Secular y Eclesiástico, las órdenes religiosas presididas por la orden de Santo Domingo de Guzmán, los oidores y personas notables.
El día de sus exequias y entierro, hubo de requerirse la fuerza de la guardia del virrey para impedir que Rosa fuera desvestida por los devotos, los cuales se abalanzaban sobre su cuerpo para arrancarle la vestimenta en busca de un recuerdo, aclamándola como santa. A pesar de ello, tuvieron que cambiarle tres veces los hábitos e incluso en el traslado algún irreverente seccionó uno de sus dedos del pie.
En el lecho de muerte, Gonzalo de la Maza hizo retratar el rostro de Rosa. A su efecto llamó al pintor italiano (Angelino Medoro), quien realizó el primer testimonio de su apariencia física.
La devoción del pueblo se excedió a tal punto, que en pocos años tuvieron que retirarla de la cripta y colocarla en la Iglesia del Rosario.
Canonización
A pocos días de su muerte se reunieron numerosos testimonios sobre su vida y virtudes. En 1634 se presentó a Roma la causa de beatificación.
La beatificación se realizó en el Convento Dominico de Santa Sabina en Roma, en 1668. Fue canonizada por Clemente X el 12 de abril de 1671, proclamándola por principal patrona del Nuevo Mundo.
En Lima, Roma, España y todos los países de América y Europa se celebraron fiestas suntuosas en honor de la primera santa natural de América.
Los pontífices en sus respectivas bulas la proclamaron santa con el nombre de Rosa de Santa María, y que posteriormente hubo de convertirse en Rosa de Lima, nombre toponímico común a muchos santos en el orbe cristiano.
Devoción
Su casa (el santuario), ubicado en el Centro de Lima, conserva los lineamientos que tuvieron en el siglo xvi, época en que vivió Rosa. Anualmente es visitado por miles de devotos, peregrinos y turistas quienes recorren los ambientes que estuvieron directamente ligados a su vida y caridad para el prójimo.
Se conserva como reliquia una ermita donde ella rezaba. Cerca hay un pozo de veinte metros de profundidad donde sus devotos depositan sus deseos escritos. También se conserva la habitación donde dormía, la habitación (el corazón del santuario) en la cual nació y la enfermería donde atendía a sus hermanos necesitados.
La basílica-santuario fue empezada a construir luego de su canonización, con posteriores restauraciones durante los siglos XVII y XX. Hubo de ser remodelada y fue inaugurada finalmente el 24 de agosto de 1992. Este lugar es principal punto de peregrinación de todo el Perú y su arraigo popular es comparable al de la Virgen de Guadalupe en México.
La figura de Rosa de Santa María representa un símbolo de integración del pueblo peruano. En ella convergen todas las clases sociales.
En 1747 se construyó en Arequipa el Monasterio de Santa Rosa, dedicado a la santa limeña y que hasta la fecha alberga una comunidad de religiosas dominicas de clausura.
Formó parte de la familia dominicana, de la provincia de San Juan Bautista del Perú. Sus flores preferidas fueron las margaritas, los claveles y las rosas.
Se han escrito cerca de cuatrocientas biografías sobre ella. Y se han realizado más de mil rostros en lienzos, estampas y esculturas. Hechos, entre otros, por renombrados artistas como Francisco de Zurbarán, Claudio Coello, Angelino Medoro, Daniel Hernández, Teófilo Castillo, Francisco González, Sérvulo Gutiérrez y Walter Huamán.
Festividad en el rito romano
Se inscribió la fiesta de Santa Rosa de Lima en el calendario general romano en el año 1727, indicando como fecha de la celebración el día 30 de agosto, entonces el día más cercano del aniversario de la muerte de la santa (24 de agosto) no ocupado por la celebración de otro santo. La revisión general del calendario romano general decretada en el año 1969 liberó el 23 de agosto, día anterior al aniversario de su muerte.
Para los países hispanoamericanos de los que es patrona, como en el Perú, se sigue conservando el 30 de agosto.
En la República del Perú, el 30 de agosto es un día feriado y su imagen (descubierta el día de la canonización en 1671, en la catedral) recorre las calles de Lima. En el mes de agosto se rinde culto solemne a la santa en el distrito de Barranco que culmina con el recorrido procesional del día 30 de agosto.