COLABORACIÓN
Por Antonio Corcino
Un Municipio en Espera
Seis meses después de que el senador Rafael Barón Duluc (Cholitín) presentara la propuesta para elevar a Verón-Punta Cana a municipio, la iniciativa aún no ha sido resuelta.
A pesar de cumplir con los requisitos legales y su significativo aporte económico al país, enfrenta una fuerte oposición en algunos sectores de Higüey, que temen una posible pérdida de ingresos.
Esta situación, lejos de ser simplemente un estancamiento legislativo, es una manifestación de un conflicto dialéctico entre fuerzas contrapuestas.
Autonomía para el Desarrollo
Si bien Verón-Punta Cana se ha consolidado como una de las principales zonas turísticas del país, generando una parte significativa del Producto Interno Bruto (PIB) dominicano. Su crecimiento poblacional y capacidad económica justifican la necesidad de contar con una administración municipal propia, lo que, de algún modo, facilitaría una mejor distribución de los recursos y una gestión más eficiente de sus crecientes necesidades.
La Resistencia de Higüey
Por su parte, Higüey, como municipio, ve con recelo la posibilidad de perder una fuente de ingresos necesarios. La autonomía de Verón-Punta Cana podría traducirse en una reducción de su presupuesto, lo que afectaría su capacidad para invertir en proyectos municipales.
Esta posible resistencia no solo es económica, sino también política y social, dado que implica una redistribución del poder local.
El escenario natural para este debate es el Congreso, donde tendrá que librarse una intensa discusión legal, política y social sobre las implicaciones de la separación.
La Dialéctica del Conflicto
Esta disputa no es estática, y es probable que provoque debates intensos y tensiones constantes entre los intereses en juego.
La inacción del Congreso no es simplemente un olvido, sino una posible manifestación de una lucha de poder subyacente.
En cambio, la historia nos enseña que los cambios estructurales generan resistencia, especialmente cuando amenazan el statu quo de quienes controlan el poder económico y político.
El Río y la Presa
Este conflicto puede compararse con la dinámica de un río que busca su cauce natural y una presa que intenta contener su flujo. Donde Verón-Punta Cana representa el río, que avanza con fuerza impulsado por su crecimiento y desarrollo económico.
Por el contrario, algunos sectores políticos, sociales y económicos de Higüey estarían actuando como la presa que intenta regular ese caudal para evitar un impacto negativo en su estructura.
Sin embargo, en la naturaleza de los ríos y las presas, la solución no es la contención indefinida, sino la negociación y el acuerdo, buscando un equilibrio para evitar desbordamientos o colapsos.
La Vía de la Compensación
La propuesta anunciada por el senador Barón Duluc (Cholitín) busca encontrar un punto de equilibrio mediante mecanismos de compensación, reconociendo la naturaleza dialéctica del conflicto.
No obstante, el estancamiento legislativo sugiere que la solución aún no ha llegado. La dialéctica nos enseña que no estamos ante un punto muerto, sino ante un proceso en desarrollo que busca una resolución.
Hacia una Resolución Democrática
Por un lado, la autonomía de Verón-Punta Cana debe ser debatida de manera abierta, sincera y democrática, teniendo en cuenta tanto los intereses de Higüey como los de la población local.
En ese sentido, la voz de los habitantes de Verón-Punta Cana debe ser el centro del proceso de decisión. La legitimidad de la resolución final va a depender de la claridad y transparencia con que se gestione el proceso legislativo.
Finalmente, el futuro de la municipalidad de Verón-Punta Cana dependerá de la capacidad de los actores políticos para reconocer la naturaleza dialéctica del conflicto y encontrar una síntesis que beneficie al conjunto de la sociedad.
La pregunta sigue en el aire: ¿Se impondrá la corriente del río o la resistencia de la presa?