Andrés, Boca Chica, R.D.- Efectivos de la Policía Nacional se presentaron a un área céntrica del municipio de Andrés en Boca Chica a los fines de suspender un desfile de Gagá que se encontraba en pleno desarrollo.
La autoridad policial conversó con el organizador del referido acto cultural, quien presentó un alegado permiso del INTRANT, y éste manifestó que acataría las disposiciones gubernamentales porque jamás enfrentarían a la uniformada.
La acción policial fue rápida y no trascendió inconveniente mayor ya que los participantes no mostraron actitud rebelde y se disgregaron eventualmente.
La Fundación Cultural Cofradía, que defiende estas tradiciones, expresó en abril del año pasado que las políticas contra esta fiesta incentivan «la negación de las raíces africanas» en el país.
El Seibo impidió su celebración
En un comunicado de fecha 5 de abril, del presente año, el Ayuntamiento de Santa Cruz de El Seibo, precisa que las celebración del Gagá están absolutamente prohibidas.
La medida fue aprobada a unanimidad por el Ayuntamiento, representantes evangélicas, autoridades civiles y militares de la provincia más antigua de República Dominicana.
Orígenes del Gagá
Según el sociólogo Roldán Mármol y otros investigadores, el gagá llegó a la República Dominicana desde Haití durante el siglo pasado en medio del apogeo de la industria cañera, aunque tiene sus orígenes en África.
“El gagá es una manifestación musical y danzaria también con un componente religioso muy importante que se realiza durante el periodo de Semana Santa, es su celebración esencial. Aunque se toma en otros periodos del año, su periodo principal es durante Semana Santa”, reveló Mármol en entrevista a un medio nacional en 2019.
Los ingenios azucareros que operaban entonces trajeron a muchos trabajadores desde el país occidental de la isla, quienes cargaron también con sus tradiciones y las compartieron con los jornaleros dominicanos en los bateyes, donde fueron asentados.
En mi querida República Dominicana siempre hay un tema: ahora es el Gagá. Ninguna manifestación cultural debe ser prohibida o restringida en si. Lo que se debe procurar es que esa manifestación sea una genuina representación de los pueblos llevándo a estos a su evolución y nunca a la involución, a prácticas que riñan con la moral y las normas de convivencia…