COLABORACIÓN
Por Darío Yrizarry (de su columna Detrás del Horizonte)
La muerte del joven Rafael Ventura Heredia a manos de dos reconocidos traficantes de drogas en el Hoyo de Friusa, destapó el furor de la comunidad, debido a que este joven fue asesinado a mansalva, sin tapujos, sin temores y poseídos de la seguridad que les inyectan aquellos para quienes ellos trabajan.
El envalentonamiento que proyectaron los asesinos a plena luz del día, evidencia el apoyo y protección que estos tenían de las autoridades de la DNCD, el mismo cuerpo policial que debían atacar los puntos de drogas en todo Bávaro en vez de protegerlos.
Para que tengamos una idea clara de lo que se mueve con el negocio de las drogas en Bávaro Punta Cana, los asesinos del joven salieron recientemente de prisión, donde pasaron unos días por distribución de drogas, pero nadie se explica cómo lograron escaparse tan rápido de ese proceso judicial, percatándonos que de nuevo estos habían vuelto a su trabajo.
Aunque para muchos les pareciera tremendista por la inexistencia de evidencias fehacientes, en esta zona turística se ha comentado siempre que quienes suplen y controlan los puntos de drogas, son los mismos que están llamados a combatirlos. No estoy revelando nada nuevo.
Las gentes en los barrios y la población en sentido general tienen bien claro que los puntos de drogas no operan sino se les paga un semanal (peaje) a la policía y DNCD. Nadie puede hacerse el loco con este gran negocio.
Friusa, una comunidad de gente laboriosa se ha convertido en tierra de nadie. Allí confluyen los ciudadanos ejemplares con inmigrantes y dominicanos que huyen de las autoridades, el que vende las drogas, quienes negocian las armas de fuego, quienes hacen suyas las calles y callejones del sector.
Para algunos sectores sociales no les resulta en modo agradable que hablemos de lo que hoy vivimos en la media Isla, pero lo cierto e innegable es que hemos sido invadidos por indocumentados haitianos, aquellos que poco a poco han ido desplazando a los dominicanos honestos y trabajadores.
Cuidando a Friusa, cuidamos a Bávaro.