Por Aquiles Rojas
Dominicanos en esta ciudad de Nueva York de diferentes organizaciones y representantes de la sociedad civil reclaman y rechazan desde aquí y la forma en que esta manejando el posible nuevo Código Penal, el cual se mantiene en disputa desde hace más de 20 años,
y fue aprobado por el Senado de la República.
Los quisqueyanos en los Estados Unidos y del exterior critican que en las vistas públicas no se ha tomado en cuenta a la comunidad dominicana del exterior.
Entre las pancartas que se han exhibido en Nueva York se leen mensajes como :
“No al Código penal que permita la violencia contra la niñez”.
“No al Código Penal sin las Tres Cuasuales”
República Dominicana es uno de los cuatro países latinoamericanos que criminalizan el aborto sin excepción.
Las penalizaciones legales actuales
El Código Penal actual establece que cualquier persona que aborte enfrenta hasta dos años de cárcel.
Mientas que para los profesionales de la salud, médicos, parteras o enfermeras, la pena va de cinco a 20 años de prisión.
El presidente y su postura
El presidente dominicano, Luis Abinader, quien se reeligió en mayo pasado, se dijo en varias ocasiones estar dispuesto a respaldar la despenalización en sus dos campañas presidenciales, pero tras ganar ambas elecciones no volvió a mostrar su apoyo.
A la lista de preocupaciones de ciudadanos y activistas se suman otras cuestiones.
El artículo 14, por ejemplo, se exime de responsabilidad penal a las iglesias, lo que según activistas dejaría impunes crímenes de pedofilia, lavado de activos o encubrimiento entre los líderes de fe.
En la isla caribeña, donde la religión es fundamental, siendo el único país del mundo con una Biblia en su bandera y el lema del Estado es «Dios, Patria y Libertad».
Según activistas del sector conservador y que se oponen a la despenalización, su relación con algunos legisladores es cercana y miembros de organizaciones como dicen orar día y noche, “ dando rodillas “ para que los congresistas mantengan los candados que impiden abortar o brindar educación sexual integral.