El responsable del organismo para los refugiados palestinos alerta sobre otro ataque a una de sus escuelas y reitera el llamamiento a un alto el fuego.
La agencia de asuntos humanitarios advierte que las nuevas órdenes de evacuación limitan las operaciones de ayuda y empujan a la población a zonas superpobladas e inseguras a lo largo de la costa.
Fuente: Sección Noticias ONU
Redacción Quevedo Informativo.- Informan de otro horrible ataque hoy en una de nuestras escuelas de la UNRWA en la ciudad de Gaza. Niños muertos y heridos. Algunos se quemaron hasta morir”, alertó este miércoles el comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos en una publicación en X.
“¿Queda algo de humanidad?”, cuestionó Philippe Lazzarini, asegurando que los niños son las primeras víctimas de la guerra en Gaza.
“No podemos permitir que lo insoportable se convierta en una nueva norma. Basta ya. Un alto el fuego es más que debido”, añadió.
Civiles a unas cuadras de la línea de combate
“Ningún lugar de la Franja de Gaza es seguro… Da la sensación de que la gente está esperando la muerte”, declaró este miércoles Louise Wateridge, portavoz de la UNRWA en una publicación en X.
Wateridge explicó que, con las operaciones militares en curso y las continuas órdenes de evacuación, la gente «nunca está ahora a más de unas cuadras de la línea de combate».
En su última actualización sobre la situación de emergencia, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) insistió en que las hostilidades y las repetidas órdenes israelíes de evacuación en Gaza han seguido restringiendo las operaciones de ayuda, “ya obstaculizadas por las limitaciones de acceso y la escasez de combustible”.
Más órdenes de evacuación
Además, las órdenes “están empujando a la población a zonas superpobladas e inseguras a lo largo de la costa”, añadió por su parte el portavoz del Secretario General durante su encuentro habitual con la prensa.
Stéphane Dujarric señaló que las órdenes de evacuación emitidas este miércoles para parte de Deir al Balah y Khan Younis han afectado a 115 emplazamientos que acogen a más de 150.000 hombres, mujeres y niños desplazados. Esto incluye 80 emplazamientos improvisados, cuatro centros de la UNRWA, y 29 refugios informales.
“Al igual que con las órdenes de evacuación anteriores, las directivas de hoy también afectan a nuestras oficinas, almacenes y residencias utilizadas por nosotros y otras organizaciones humanitarias, así como a las familias del personal. Tras la evacuación de hoy de Deir al Balah, muchos trabajadores humanitarios han tenido que volver a evacuar sus hogares con sus familias”, explicó Dujarric.
Además, las órdenes de este miércoles han hecho inaccesibles tres pozos de agua, los cuales abastecen a decenas de miles de personas. En Deir al Balah, el suministro de agua ha disminuido en un 70%, y también hay una escasez crítica de materiales de saneamiento e higiene.
En lo que va de agosto, las autoridades israelíes han emitido once órdenes de evacuación que afectan a cerca de un cuarto de millón de personas. “Para poner esta cifra en contexto, a principios de agosto ya calculábamos que alrededor del 90% de la población actual de Gaza, de 2,1 millones de personas, ya se había desplazado al menos una vez desde el 7 de octubre”, enfatizó el portavoz.
Tanques en Khan Younis
En Khan Younis, donde los tanques israelíes han regresado, UNRWA expresó su creciente preocupación de que las instalaciones clave en las zonas del sur de la ciudad previstas para la evacuación pronto puedan ser dañadas o destruidas.
Estas incluyen la estación de bombeo de agua recién restaurada que sirve a unas 100.000 personas, el Centro de Salud Japonés de UNRWA, que reabrió el mes pasado y que está destinado a desempeñar un papel clave en la próxima campaña de vacunación contra la poliomielitis, y el Centro de Formación de Khan Younis, una gran instalación que ahora se utiliza como almacén para guardar suministros humanitarios.
“Sin ese almacén, no podemos traer ayuda y colocarla en cualquier sitio. No quedan almacenes”, enfatizó Wateridge.
“Hay agua, medicinas y vacunas, y hay distribución; si alguna de estas instalaciones resulta dañada y destruida, será desastroso”, declaró a Noticias ONU.