COLABORACIÓN
Por Alex Domínguez
Análisis del Panorama Político Dominicano: Un Espejo para el PRM en el Contexto Actual
La historia política de República Dominicana en las últimas décadas ofrece lecciones valiosas para los actores actuales. Desde la llegada al poder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en 1996, con Leonel Fernández a la cabeza gracias al histórico acuerdo con el Frente Patriótico de Joaquín Balaguer, el panorama político ha experimentado transformaciones significativas.
Sin embargo, el desgaste de los partidos tradicionales y las recientes reformas constitucionales plantean desafíos únicos para el actual partido en el poder, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), que debe poner “su barba en remojo” y reflexionar profundamente para evitar el colapso que afectó a sus predecesores.
El Ascenso y Transformación del PLD: De 1996 al 2020
En 1996, el PLD se consolidó en la presidencia gracias a la alianza estratégica con el Frente Patriótico, liderado por el expresidente Joaquín Balaguer. Esta coalición le permitió a Leonel Fernández ganar su primera elección y estableció una base sólida para que el PLD se convirtiera en una de las principales fuerzas políticas de República Dominicana.
Fernández volvería a la presidencia en 2004, logrando su victoria más contundente con aproximadamente un 57.11% de los votos, y posteriormente en 2008.
El PLD, sin embargo, no se limitó a un solo liderazgo; en 2012, Danilo Medina asumió la presidencia bajo el mismo partido, consolidando el poder y manteniendo al PLD como una fuerza política dominante.
Durante este periodo, el partido mantuvo su hegemonía gracias a un modelo que combinaba control en el aparato estatal, alianzas estratégicas y un alto grado de organización interna. Sin embargo, a medida que el tiempo pasó, esta fórmula fue mostrando señales de desgaste.
Los conflictos internos y las críticas externas sobre corrupción y falta de transparencia comenzaron a minar la credibilidad del PLD. El liderazgo centralizado en figuras como Fernández y Medina provocó divisiones que eventualmente llevaron a la salida de Fernández y la creación de la Fuerza del Pueblo (FP).
El Surgimiento del PRM y el Cambio de la Constitución: Un Punto de Reflexión
En el contexto actual, el PRM, liderado por el presidente Luis Abinader, ha impulsado cambios constitucionales significativos que incluyen la prohibición de la reelección inmediata, decisión motivada por el propio Abinader, quien renunció a una nueva postulación pese a contar con un Congreso favorable que podría haberle facilitado una modificación constitucional.
Esta postura de “cumplir con su palabra” ha sido valorada en el ámbito político y social, pues marca un precedente de respeto a la institucionalidad y de limitación del poder, una promesa que, de cumplirse, podría diferenciar al PRM de sus antecesores.
Sin embargo, esta decisión también presenta un desafío importante para el PRM: al no tener un candidato natural para la próxima elección, el partido enfrenta la necesidad de organizar unas primarias internas en las que ya se perfilan varios candidatos. Esto puede resultar en un proceso de selección complejo que, de no manejarse adecuadamente, podría generar divisiones internas.
Las lecciones de la historia dominicana sugieren que estas divisiones, motivadas por aspiraciones personales y luchas de poder, pueden debilitar gravemente a un partido y abrir espacios para otras fuerzas emergentes.
El Paralelismo con el PLD: La Necesidad de Aprender del Pasado
El PRM se encuentra en una encrucijada similar a la que el PLD enfrentó en sus años de auge. En su momento, el PLD consolidó su hegemonía, pero las divisiones internas y la centralización del poder en unas pocas figuras terminaron por desgastarlo.
La elección de Danilo Medina como líder del partido en los últimos años y la falta de renovación generacional son síntomas de ese estancamiento. Hoy, el PLD, aunque todavía cuenta con una base importante de seguidores, está lejos de la fuerza dominante que una vez fue.
Para el PRM, el desafío es claro: evitar la trampa de centralizar el poder y fomentar un liderazgo inclusivo y descentralizado que permita una transición sin fricciones. Los intereses individuales y las “apetencias de poder” deben quedar en un segundo plano si el partido pretende mantener la confianza de la ciudadanía.
De lo contrario, corre el riesgo de seguir el mismo camino que el PLD, que tras décadas de hegemonía ahora lucha por sobrevivir políticamente.
La Fuerza del Pueblo y los Líderes Emergentes
El contexto político actual también contempla la presencia de nuevas fuerzas como la Fuerza del Pueblo, fundada por el expresidente Leonel Fernández, quien mantiene un liderazgo firme en su partido, aunque este enfrenta sus propios desafíos.
La Fuerza del Pueblo ha crecido como una alternativa, pero su futuro depende en gran medida de la capacidad de Fernández para abrir espacio a nuevos liderazgos.
Hasta el momento, su liderazgo ha sido visto como incuestionable, lo que podría limitar el crecimiento sostenible del partido a largo plazo. En la medida en que no se vislumbre un sucesor claro o figuras fuertes adicionales dentro de la organización, la Fuerza del Pueblo podría enfrentar dificultades para consolidarse como una verdadera opción de poder.
Justicia Social: Un Partido Emergente con Potencial
Otro actor relevante en este escenario es el partido Justicia Social, liderado por Julio César Valentín. Este partido demostró un crecimiento significativo en el pasado proceso electoral y podría consolidarse como una opción de poder en el futuro, dependiendo del manejo y dirección que sus líderes le den.
Si Justicia Social logra expandirse con criterios de crecimiento a nivel nacional y fortalecer su estructura organizativa, podría ocupar un espacio importante en el escenario político dominicano, especialmente en un contexto donde los partidos tradicionales atraviesan momentos de crisis y desgaste.
Justicia Social representa una alternativa para aquellos sectores de la sociedad que buscan renovación y que están desencantados con las opciones tradicionales. Su consolidación como una fuerza política depende, en gran medida, de su habilidad para proyectarse como una organización con propuestas sólidas y una estructura fuerte, capaz de competir con los partidos establecidos.
Reflexión Final: El Momento de Poner “la Barba en Remojo”
El presidente Luis Abinader ha dado un ejemplo al limitar sus aspiraciones personales por respeto a la Constitución y a la institucionalidad. Este acto debería ser un modelo para el PRM, que necesita adoptar un enfoque de cohesión y visión de futuro para garantizar su permanencia y relevancia en la política dominicana.
Los próximos años serán determinantes para el PRM y definirán si el partido podrá consolidarse como una fuerza política duradera o si seguirá el mismo destino de los partidos que han perdido su liderazgo por no adaptarse a los tiempos.
Si el PRM quiere mantenerse en el poder y ser una fuerza política de largo plazo, debe centrarse en fortalecer sus bases, trabajar en unidad y evitar caer en la trampa de la “lucha de egos” que ha destruido a tantos otros.
En lugar de centrarse en los intereses individuales, el partido debe enfocarse en el bien común y en construir un liderazgo sólido y colaborativo que pueda hacer frente a los retos de un sistema político cada vez más fragmentado.
En un contexto donde las alianzas estratégicas y la capacidad de adaptación son cruciales, el PRM tiene la oportunidad de aprender del pasado y consolidarse como una fuerza renovadora y democrática en República Dominicana.