COLABORACIÓN
Por Lester McKenzie Hamilton
Un amigo es una obra de arte que no se fabrica en serie, un amigo es un tesoro y todo el que posee un tesoro cuida de el y pone todos los medios a su alcance para que no disminuya ni se pierda, ni pierda valor.
Sin embargo la aceleración con que se vive hoy día esta haciendo que decaiga el cultivo de la amistad, el trato frecuente de los amigos entre si, la conversación sana cara a cara, responsable y amena, las horas compartidas.
Se da el caso de que personas que se quieren mucho y viven en la misma ciudad, están sin verse y sin hablarse siquiera por teléfono, varios meses seguidos y es que hoy día la horas que pasamos frente a la TV, inmersos, pendientes de las redes sociales son horas que quitamos al cultivo de la mistad con nuestros amigos.
En esta epoca ya no nos visitamos tanto como en otros tiempos, aun son las mismas 24 horas de siempre. Esos programas de radio y TV con su comunicación interactiva nos alejan del gozo de compartir con la familia, un amigo, de disfrutar de una buena lectura.
Un punto a favor que debemos reconocer es que la comunicación por correo electrónico, whatsapp, facebook y otros medios, por ejemplo, permite acercar entre si amigos de antaño así como de otros países y lugares lejanos.
Filósofos y pensadores coinciden en afirmar que el amor de amistad es uno de los mas elevados: la compresión mutua, el don que se intercambia, el apoyo que se da y se recibe llegan a ser muy gratificantes para la persona, pero la amistad no surge de la noche a la mañana.
Requiere cubrir unas etapas para llegar a cuajar en algo verdadero. Observando la manera como establecen y conservan la relación de amistad los jóvenes de hoy, me atrevo a decir que, al poder hacer la comparación con nuestra época, no es lo mismo ni es igual.
El contacto directo era el común denominador en nuestra generación y nuestro mejor amigo era un ser pensante de carne y hueso, pero actualmente vivimos en un mundo tecnificado y dependiente del conocimiento del ahora mejor amigo del hombre: “La computadora”.
Es tanta la dependencia hacia la tecnología computacional que muchos entendidos han llegado a pensar en una catástrofe mundial donde gran parte de los avances científicos y tecnológicos que tenemos pudiesen llegar a acelerar el proceso de nuestra autodestrucción.
Hoy día se hace cuesta arriba vivir en un mundo donde la tecnología en ocasiones rebasa nuestra imaginación al igual que nuestra inteligencia. Los jóvenes de esta generación se enfrentan con una realidad que supera los niveles de dificultad de generaciones anteriores, como la nuestra, por ejemplo, y es que vivimos una época de contrastes y de cambios continuos que enajenan el mundo.
Luce que estos jóvenes no creen en la posibilidad de cambio y transformación por lo cual prefieren sacar el máximo provecho del presente, vivir el día a día y pasarlo bien.
Pero sobre todo desechan las normas y valores elementales para entregarse al disfrute de lo inmediato siguiendo los impulsos y las pasiones. Da la impresión de que en esta época no manda la razón, la lógica sino el sentimiento.
¡Tengan todos un excelente domingo en familia, como debe ser y a pasarla bien sin olvidarnos de ser felices!