Redacción Quevedo Informativo.- El Día Internacional de la Mujer, antes denominado Día Internacional de la Mujer Trabajadora, conmemora cada 8 de marzo la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona, en pie de igualdad con el hombre. También se usa para hacer referencia a esta conmemoración el numerónimo 8M, por el día y el mes en que sucede.
En 1972, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 3010, declaró a 1975 «Año Internacional de la Mujer», y en 1977 invitó a los Estados a declarar, conforme a sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, un día como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
Esta fecha se utiliza para visualizar la desigualdad de género y para reivindicar la lucha por la igualdad efectiva de derechos para las mujeres en varios ámbitos. Suele celebrarse en casi todas las partes del mundo (ejemplo de ello es Italia y su «Festa della Donna»), y es día feriado en algunos países. Algunas corrientes feministas argumentan que no es un día que deba celebrarse o ser festivo debido al origen del mismo, sino que debe servir para la reivindicación de derechos.
Dentro de ese contexto, queremos reconocer la loable labor que ha venido desarrollando la joven romanense Honey Mejía, quien desde una edad temprana fungió como Directora del Departamento de Niños, Niñas y Adolescentes y el extinto Ayuntamiento Juvenil e Infantil (AJI), en su natal La Romana.
Actualmente en Nueva York y allí desde ocho años atrás, esta emprendedora fémina tiene en agenda realizar maestrías en Teología, Psicología y Filosofía y además la publicación de su primer libro de poesías.
Honey Mejía es producto de la unión de uno de los mejores sastres de La Romana y reconocido gerente de calidad de diversas fábricas textiles de zona franca y una distinguida maestra de niños, jóvenes y adultos.
Única hembra entre cuatro hermanos, estudió en un centro cristiano y otro católico, eventualmente yéndose la balanza a llevar una vida más apegada a los llamados “cristianos evangélicos”.
Su anhelo de pequeña era ser pediatra y luego soñaba con ser azafata.
El idioma inglés en Honey está presente en su vida desde los ocho años donde más tarde realizara la función de maestra substituta en el desaparecido Pollantis Institute y luego secretaria del aguerrido abodago Julio César Gil, pero el trabajo que la conquistó fue auxiliar de Biblioteca en el Ayuntamiento Municipal de La Romana, donde reforzó su pasión por la lectura, leyendo a escondidas en su tiempo libre.
Parte alguna vez de la selección de ajedrez (division femenina) que representó el centro escolar en los campeonatos efectuados en el famoso Kempo de la Avenida Libertad, en sus días de colegio en el colegio Bíblico y luego en el Sagrado Corazón de Jesús, Honey Mejía conoció a jóvenes voluntarios de otros países durante sus días como empleada en el cabildo romanense.
Allí comenzó a conectar con el trabajo social, el campo del voluntariado y formar parte de instituciones como UNICEF, Cuerpo de Paz, CONANI y Fundación Grupo Paloma.
Participó en múltiples cursos, talleres de formación y diplomados. Durante ese tiempo de hotel en hotel y centros convencionales, recorrió gran parte del pais, siendo esa labor la que marcó su vida.
Siendo parte del equipo de la Fundación Grupo Paloma, fue además miembro del Departamento de Consejeros de VIH y de Niñas y Adolescentes del Hospital Dr. Gonzalvo que luego paso a ser subsidiado y movido de lugar por la Clínica de Familia La Romana, fundada por el Decano en la Universidad de Columbia en Nueva York, Stephen W. Nicholas. Le
solicitaron ser parte del equipo del MAMI -Módulo Anexo Materno Infantil- y comenzó como recepcionista y pasó a ser la Coordinatora de Educacion, Líder de Educación y Conferencias para Jóvenes sobre Temas de Educación Sexual y Reproductiva.
Tras gestiones de visado estadounidense a los fines que ofreciera varias presentaciones en las principales oficinas de Seattle, sobre los logros alcanzados en la comunidad joven.
Honey continúa estudiando idiomas, otra de sus pasiones para poder saludar a cada “cultura” en su idioma (apart del Inglés, ha estudiado francés, Italiano, Creol y hace pininos con Latín).
Practicante de la resiliencia, Honey está adaptada a nuevos comienzos y entender que comenzar desde cero es tan provechoso como generar nuevas y valiosas amistades, conocer nuevos ambientes y manejar más informaciones.
En Nueva York, donde según ella, florece la oportunidad de crecimiento profesional y personal, ha sabido aprovecharlas éstas y habiendo paseádose por trabajos tan singulares como áreas de supermercados, restaurantes, niñera, receptionista y traductora en un centro de salud, data entry en una oficina de contabilidad, despachadora de empresas transportistas y asistente de un diseñador, nueva vez la misión tocó su puerta y tuvo el honor de ser parte del equipo de la Institución sin fines de lucro Worker Justice Proyect en Brooklyn como maestra de inglés y maestra de ceremonias.
Esta joven mujer es objeto de inspiración para muchas otras sean o no dominicanas, quienes pueden insertarse dignamente en el aparato productivo de la sociedad dar lo mejor de sí como seres humanos.